Tardes cañuelenses

Era las 6 de la tarde pensaba ir a la casa de unos amigos pero irrumpían mis pensamientos un aromo a cebada la cual provenía del imponente molino que tras sus espaldas se ubicaba un añorado colegio.

Al salir deje una imperceptible nota nota para avisarle a mi madre que saldría esa anaranjada tarde ,al salir tome la precaución de cerrar la llave del gas y echarle seguro a la custodia de la casa , claro sin olvidarme de mi inseparable robinn(un sony w200) compañero de todas mis aventadas salidas.saliendo de mi casa observaba el panorama de todas las tardes cañuelenses : la panadería que rebalsaba de sus clientes aficionados del rico pan y las facturas(especialmente las populares pepas), la señora del 377 sentada tomando unos mates y el típico perro que ladraba cada vez que alguien pasaba sin tener la culpa de nada.Al cruzar la estrecha avenida, espere que pasase un "88" que venia apurado desde capital mi persona suponía, pase y divise a lo lejos una silueta que se me hacia muy familiar claro como no se me iba hacer si era Matias que con un venturoso saludo me dijo como estas , yo le respondí bien ademas te veo apurado así que sigue tu recto camino, el me dijo gracias si no llego rápido al "club" soy hombre perdido para el entrenador y con una carcajada siguió su ruta. Al llegar a mi destino como lo mencione al comienzo divise el gran portón negro que cual su función de guardián de la casa quedaba segunda porque alegremente me recibió una perrita cual nombre no recuerdo, ladrido tras ladrido me daba la bienvenida la guardiana, al caminar hasta llegar a la puerta el can se fue corriendo hacia la parte trasera del hogar, distraido por este acontecimiento volvía mi objetivo, toque la puerta una voz entre la la casa y mi oído llego anunciándome un !che espera que ya te abro! era mi amigo que estaba por salir